Los rodamientos rígidos de una hilera de bolas para aplicaciones a altas temperaturas están diseñados para condiciones de funcionamiento desafiantes, y ciertas versiones son capaces de funcionar a temperaturas de hasta 350 °C (660 °F). Tienen mayores juegos internos radiales y utilizan lubricantes a base de grafito optimizados para el funcionamiento a altas temperaturas. Toda la superficie de los rodamientos está tratada con fosfato de manganeso, lo que mejora la adherencia del lubricante al metal y sus propiedades de rodaje. Al igual que los rodamientos rígidos de bolas en general, son especialmente versátiles, soportan cargas radiales y axiales en ambos sentidos y son fáciles de montar.